Las guerreras de la tierra
Las guerreras se recogen sus cabellos con los
jirones de esperanza que otrxs, sin más horizonte que una pantalla
plana, tiran con la osadía de la ignorancia.
Atraen la vida y la belleza con su forma de cuidar el frágil paraíso y lo perfuman con canela, pino, manzanilla amarga e incienso. Con el movimiento de sus caderas, mecen las olas del mar y en sus ojos... el brillo de espejismos maravillosos.
Entre lunas plateadas que giran y giran y en su giro... polvo de hadas sobre el bosque encantado, ellas danzan la melodía de la fuerza y la pasión, sacudiendo la desidia de siglos de frustración.
Alumbran con sus linternas el transitar nostálgico de corazones saltimbanquis que repletos de emociones contenidas, en la noche, buscan un lugar en el que pacer con su ilusión.
Son fibrosas y duras, siempre dispuestas para la próxima aventura, sedientas de acción y re-acción, vigilantes de las torres de su imperio, de la luz de las estrellas del cielo y del mar, de lxs pescadores solitarixs.
Entre sus faldas encontrarás los pliegues de una historia sangrienta y violenta, de un dolor sólo contenible por el amor que guardan entre sus pechos. Sus manos son ramas de árboles, sus voces, cantos encantados del desencanto, su vientre, su vientre... puro fuego.
Como arma usan la sonrisa y es al ritmo de su respiración extasiada, como consiguen dormir a los dragones y vencer a su peor enemigo:
El miedo.
Ellas ya no tienen miedo al miedo porque ahora conocen el alcance de su poder, de su placer.
Buenos días Mundo!
Atraen la vida y la belleza con su forma de cuidar el frágil paraíso y lo perfuman con canela, pino, manzanilla amarga e incienso. Con el movimiento de sus caderas, mecen las olas del mar y en sus ojos... el brillo de espejismos maravillosos.
Entre lunas plateadas que giran y giran y en su giro... polvo de hadas sobre el bosque encantado, ellas danzan la melodía de la fuerza y la pasión, sacudiendo la desidia de siglos de frustración.
Alumbran con sus linternas el transitar nostálgico de corazones saltimbanquis que repletos de emociones contenidas, en la noche, buscan un lugar en el que pacer con su ilusión.
Son fibrosas y duras, siempre dispuestas para la próxima aventura, sedientas de acción y re-acción, vigilantes de las torres de su imperio, de la luz de las estrellas del cielo y del mar, de lxs pescadores solitarixs.
Entre sus faldas encontrarás los pliegues de una historia sangrienta y violenta, de un dolor sólo contenible por el amor que guardan entre sus pechos. Sus manos son ramas de árboles, sus voces, cantos encantados del desencanto, su vientre, su vientre... puro fuego.
Como arma usan la sonrisa y es al ritmo de su respiración extasiada, como consiguen dormir a los dragones y vencer a su peor enemigo:
El miedo.
Ellas ya no tienen miedo al miedo porque ahora conocen el alcance de su poder, de su placer.
Buenos días Mundo!
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