La esencia de una estación de autobuses

Otra vez se perdieron los ceniceros
como tú decías, somos como cenizas:
o se nos puede soplar o se nos puede abonar
Soplaron los vientos del sur y otra vez el levante en nuestro corazón
Hay dolor hermano, algo hicimos mal en otras dimensiones
Y ese secreto, hace acercarnos donde destrozar y trocear la madera que arrancamos de los árboles este verano se convierte en un:
K Arda Todo
Causa natural que quedásemos tirados en el suelo de una estación de autobuses y que a  los gritos los barriera la frialdad.
Consecuencia lógica por haber quemado todos los cartuchos de la consideración y el respeto
Dinamita que sabíamos certera y potente: alquimia existencial llevada a lo sexual
Tanta fusión... que la cama es tan inalcanzable como Venus y la luna, tan distante y melancólica como la enfermedad, se mueve por las sombras de nuestros deseos.
Y entre medias de todo: La Droga.



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