La bestia venció
Quiso la bestia meter en un tarro la libertad de lo bello
taparlo sin gota de aire
y conservarlo en formol o gel hidroalcohólico
Nadie preguntó por la eutanasia
ni insistió en la muerte en vida
ni en el sentido de la vejez mercantilista
El silencio se extendió ante las dudas o el pudor
y los abrazos se acabaron
y las ancianas murieron aisladas
y los ancianos compartieron cuarto con cadáveres
y allí, nadie habló del por qué
de lo que nos hizo llegar hasta fracturar para siempre los duelos de muerte de millones de personas
Se siguió diferente y peor
Con más distancia y terror
con menos contacto y más consumo
con más horas virtuales y menos reales
con crisis e incertidumbre llevadas con adicción y rencor
con la tripa revuelta sin saber por qué
Y es que... una vez se escuchó un susurro que decía -lucha por lo que quieres- y nadie fue capaz de recordar qué era querer.
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