De vuelta al origen
Una noche de eternidad
en la grieta que separa
sueño y pesadilla
a mis pies descalzos
mi alma, socorro pedía
Gemía con notas de espanto
una pena seria y honda
la de no poder cantar
sin que golpee la garrota
Sucia y herida
de tanto vaivén y tanta mentira
necesitaba esa alma mía
un poco de color de verdad en sus mejillas
Un cuerpo que la acariciara
con las huellas de una alegre vida
y un corazón que le dijera:
sigue de fiel, hermana mía.
Escuché el quejido
de mi alma que se retorcía
y me puse de rodillas
a curarle las heridas
Con agua y sal
le compuse una melodía
e hice de las olas del mar
bálsamo y poesía
Con amor y piedad
mi alma se encendía
y hacía de las penas
tristes alegrías
Poco a poco
se agrandaba y relucía
batía sus palmas
a ese canto que reprimía
Notas de libertad y amor de su brillo
se desprendían
chispas de consciente luz que en libertad
ardían
Con mis pies descalzos
a la pureza de su orilla
decidí que si algo yo quería
era el devenir en su compañía
Hoy cantamos juntas
la misma melodía
y es que no puede faltar
lo divino en esta vida
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