Isabel Espinosa

Camina encorvada porque va plantando semillas allí donde el desierto mata pinos

Su voz se alza donde las palabras murieron hace tiempo resucitando la esperanza

Su lucha es de flores porque su esencia es mantillo de siembra en tierra quemada

Sus pasos son senda infinita en mundo de trompicones

y con el baile de su cuerpo, las hojas de los árboles encuentran compañera

Transita las carreteras de la vida como si tuviera la fe todavía incorrupta

convierte las pequeñas cosas en seres extraordinarios 

y aún en este mundo rabioso, 

tiene la osadía de clamar por la ternura y decir que te ama sin condiciones.

La puedes ver andando por la playa como si fuera suspiro de levante

dispuesta a tocar la caracola que convierta eco solitario en poema de muchos

subida en el escenario cantando a ese amor que parece imposible

recordando con sus versos, 

que somos ola que busca orilla para descansar

nube que con otras, acaricia tormenta y llueve vida

sol que aunque queme, hace florecer a la primavera

Y es que, los pájaros trinan al verla porque ella habla de sus sentires

y el agua se alegra al escucharla porque recuerda su pureza

y las lágrimas se limpian de odio porque en sus versos encuentran sentido

y los corazones de muchos y muchas, por un momento, sienten que son solo uno...

Hoy, ella que tiene apellido de rosa, me regala un dibujo con mi hijo y con mi perra

hablando de mi valentía contracorriente 

y haciéndome ver 

que la vida es un regalo inmenso que desconozco

que la esperanza es aire que no se ve pero que siempre está

y que hay personas que cuando parece que todo está perdido

brillan más para mostrarnos el camino.