Olvidé cómo se respiraba

Tengo el flato de la que sucumbe a la asfixia de lo cotidiano
Siempre tan densa que me aburro a mi misma.
El mar sobre la ría y la luz que no se decide a remarcar las sombras.
El sol grisea y las paredes, también tan grises y regriseadas, grisean mi verde esperanza.
A lo lejos están los árbolitos del bosque, que con sus copitas llenas de mosquitos y resina, me invitan a colgarme de sus ramas y no bajar jamás.
Porque se han perdido las ganas de estar y de ser, la voluntad que las dirige.
Porque sólo una manipulada imagen sirve para dibujar el rostro de la vida
Porque en la superficie, el fondo ya no importa
Porque uno más uno siempre será dos aunque unx de ellxs no pueda ser enterx.
Porque se olvidan los fines de tanto pensar en los presentes.
Porque en las playas hay más plásticos que conchas.
Sigo teniendo el flato de la que se ha olvidado respirar y veinte mil porqués hurgando mi alma


Comentarios

Entradas populares