Naces, te matan y renaces

Empiezan los acordes de tu existencia y con la primera bocanada de aire, largas a llorar.
Qué jodido es venir a este puto mundo.
Lo he intentado.
He querido ser políticamente correcta, formal, pero cuando entendía que para esto tenía que meterme en formol y petarme las tetas de plástico, pues pasé del tema y de todo.
Ahora, aunque cansada y con la cara algo deshecha y llena de marcas, con el alma llena de costras e infecciones, he conseguido no querer ser más que un soplo de viento que a la deriva, no tiene miedo ni de morir, ni de seguir viviendo.

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