Revisión

La crítica se apodera de mi
Y yo si huelo
Y supuro
Y mojo sábanas enteras, edredones
Y la boca seca, oliendo amargo
No quiero hacer de los sabores de tu vida, licor de almendras amargas
Tampoco que tú hagas de la mía, absenta de delirios
Callábamos, y cuando hablábamos, o muros o estrellas fornicando, lobos en extinción copulando, silencio y grillos de madrugada, la hierba quemada a zarpazos, asco y belleza a partes iguales, ambos con las aletas de la nariz, inhalando el choque de dos mares
Chorreábamos corazones y sangre, embistiendo de todo menos cuernos
Necesitados de sexo
Distanciados del cariño
Con repetida ausencia de voluntad
Apartados de la utopía
Rogando por ella
Con pulgas y perros
Pelos de orugas dentro de las orejas
Escocían las palabras
Los gestos
Rondando agujeros
Mareando perdices; ganas de hijxs y viajes a ninguna parte
Nos manteníamos de pie sobre un desvencijado velero
La libertad de nuestro barco era una bandera a jirones
Manchada de sangre seca
Hacia un lado y hacia el otro
Buscando el equilibrio
EL punto de fusión
A veces, lo conseguimos
2 en 1
Sincronización perfecta
Amor a quemarropa
Pasión precisa en medio de un mar de hostilidad
Podíamos, nos relajábamos, eliminábamos la ansiedad
Pero pronto volvía a soplar el levante
Y el sol picaba
Y la boca otra vez seca y amarga
Y no lográbamos cubrirnos de las tormentas de arena

¿Cómo se puede querer dar vida cuando una siente que ha muerto?







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