Es natural que todo te parezca poco cuando has convivido con el demonio

Verónica, Verónica, Verónica
El mundo es mejor obviarlo
Nada se puede hacer
Disfruta que la vida es puta
Gasta y desgastaste, vente al frenesí
Todo da igual
Todo va a desaparecer
Estamos condenados y condenadas a la autodestrucción
Drógate
Habla sin parar
Bebe sin mañana
Habla más que baila
Insulta y mira sin ver
únete a la fiesta de la decadencia
Déjate llevar
No creas en nada
Sumérgete en el entretenimiento
y ten la tele de fondo en tus reflexiones
Busca siempre compañía
Tira de asfalto y speed
Las flores se marchitan demasiado pronto
Verónica, Verónica, Verónica, eres parte de mi carne, sangre de mi sangre
Tengo unas pistolas para ti
Te puedo llenar de oros y viajes
de drogas y amor
Vente a visitar mi obelisco
Penetratelo hasta el fondo y saborea la noria de la corrupción
Juega a creerte importante
Olvida el principio del estar
Toma el temple del apocalipsis
y vente conmigo a matar
Verónica me llamo
y matar, no tengo necesidad de matar
que me atrae todo lo que promete, eso no es de negar
porque vicio y decadencia, hacen a mis palabras volar
pero sabe usted, querido Lucifer
yo soy una simple poeta
una mota en el mar
una florecilla de primavera
una brisa inquieta
nada más
No quiero reinos ni reyes
ni estar en la vida sin estar
no me agradan las prisas
las conversaciones en bucle y el pasar el tiempo por pasar
a mi me gusta ver en lo profundo y coger una piedra al azar
ilusionarme con la magia, mirar a las nubes, a su movimiento, las patitas de los animales al andar
Me dan igual los poderes, el ruido me molesta de más
No me interesa la humanidad en masa
ni ser parte de un gran acontecimiento social
A mi me gustan los márgenes
deslizarme por las rendijas y aparecer por la cortina de atrás
Me gustan las flores frescas sin cortar, las hogueras encendidas desde el hogar, el cielo tachado de estrellas por desentrañar
Como puedes comprobar, señor Lucifecer, no soy una gran ayuda para su ejército de destrucción total. Que me siento parte de él, de eso no cabe duda, pero que usted logre conquistarme, extirparme el alma regeneradora que la primavera impronta en mi temple, en mi andar, supondría que usted no tendría razón de ser y por tanto, tendría que morir. Y la tres veces Verónica,  que es parte de su carne, sangre de su sangre, y necesita de su presencia para la reunión del sentido esencial, no puede permitirse el lujo de matarlo y quedarse sin papa.


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