No hay cielo sin infierno

Abundan personas que en su búsqueda interior, se pierden en el pequeño y sencillo

laberinto de su ombligo. Reuniones para gestiones emocionales que son artimañas

para hundir a ciertas personas y arribar a otras. Gente hablando de altruismo que

esperan que el Karma salde su deuda por su buen hacer.

También las hay que dan bendiciones mientras exigen reverencias divinas y que

piden respuestas al cielo sin darse cuenta que lo que hay debajo de sus pies, es tierra.

Las hay que quieren ser las elegidas de las estrellas y que de tanto mirar para arriba,

han olvidado que el planeta tierra, flota en el universo. He visto algunas que dicen

comunicarse con seres elementales pero que en su vida, han pensado en lo elemental

que sería que todos los seres que vivimos en este plano, lo hiciéramos en armonía.

He escuchado discursos que hablan de dar y recibir, de quererse a una misma, de

amor incondicional y de merecerse abundancia. Los he visto grabados en cuadros de

madera de salas de espera, en carteles que decoran cuartos de baños y en cocinas de

amigos/as como mi madre vio en su época, estampitas de santos y vírgenes en

recibidores y mesas camillas: Mantras de felicidad, sonrisa permanente, vibras

positivas y oraciones de atracción. He visto y escuchado tanto estos discursos que me

he preguntado si estar triste, es algo malo que tengo que esconder o si estar hasta la

coronilla, romper una vajilla y odiar a alguien, es pena de cárcel y voy a ir directa al

purgatorio de las almas en pena sin coronilla. Me he preguntado qué hacer con lo

sucio que veo y que me veo y que ha pasado con las palabras trascender, colectivo y

sabiduría y me he encontrado con un artículo que habla de los beneficios mentales de

un retiro espiritual de 10 días donde callar y comer almendras resuelve cualquier

problema.

En este mundo de buenísmo celestial y éxito social que gana likes cuanto más alejado

esté de la realidad que hay en la esquina de cualquier ciudad, hay teorías que en un

reel de instagram, pretenden darte la clave para sanar tus memorias ancestrales y

encontrar la pareja de tus sueños. Reels que saben cómo liberarte de pensamientos

tóxicos y ser una persona de éxito y otros que te enseñan lo que unas buenas pestañas,

boca y tetas de plástico, pueden hacer para ser la reina de algún cocktail de jugadores

de fútbol. También hay muchos de animales de compañía expropiados de su propio

instinto que sirven de personajes de circo para humanos necesitados de ternura. Todo

esto explicado como mucho en 90 segundos. Hay tanto milagro, glamour, éxito y

animal entrañable, que a veces pienso que estoy muerta y he llegado al paraíso. Sin

embargo, en otros 90 segundos llaman al timbre de mi casa y me doy cuenta de que

no, de que de paraíso nada, que si acaso he caído en el purgatorio ese que antes

comentaba y que lo mejor que hago es tomarme la vida como una Divina Comedia.

Mi vecina en bata de casa, una mujer divorciada y trabajadora a tiempo parcial con

dos hijos a su cargo y una familia a 500 km de distancia, está en el umbral de mi casa

pidiéndome ayuda porque su hijo más pequeño, lleva 2 horas rompiendo lo encuentray gritando sin parar. Ella se tiene que ir a trabajar y debería soltar al niño en el centro

de día pero el niño está de tal manera, que es imposible. Me pregunta si me puedo

quedar con él mientras se viste, lleva al otro al colegio y se pasa por su trabajo para

entregar no sé qué y dar explicaciones. En 90 segundos, pienso en las herramientas

que tengo para calmar a un niño al que la medicina ha etiquetado de autista y

descubro que hasta de fe ando escasa, que lo único que puedo hacer es ir a su casa,

evitar que el niño se parta la cabeza, poner música relajante y encender un

vaporizador de esencias mientras espero a que vuelva su madre y lo observo con

detenimiento. Y es que en la vida el mantra “Todo es perfecto” sólo funciona cuando

consigues rendirte a su terrible hostilidad y aprendes que no hay llanto sin risa ni

cielo sin infierno.

En 10800 segundos, vino mi vecina y pude darle a su hijo con la cabeza intacta.