Nos vemos en la gloria

Tengo en la palma de la mano la fuerza de una tia agarrando por las fauces a un león.
La voz de la sacerdotisa guia el pulso de mi escritura y
la sabiduría del hermitaño habita entre las sombras de mi escote.
La estrella desnuda que brilla entre los deshechos de esta vida de perra sin más dueño que el infinito, me acompaña equipada de armas letales.
Todo está dispuesto para comenzar la batalla.
¿y tú?
¿Qué tienes?
Espero una respuesta.

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