Entre gritos y silencios

Ahora solo se escucha el tintineo de las teclas.
En la sobremesa mi padrino dijo que no llegaba a fin de año.
Mi otro tío hablaba de indios apaches y caballos locos que se comían a los niños.
Mi hermano de paraísos en Marruecos y mi hermana de calambres en los ovarios y de tener el estómago en la laringe.
Mi cuñada realiza apuntes sobre el diálogo entre lo maléfico y lo necio.
Mi otro tío comenta sobre un tal Steves, belga de negocios estrambóticos y frustrados que habita en Kenia promoviendo dietas de adelgazamiento.
Mis sobrinos reían y chuki a su lado parecía un angelito.
Aisea mientras tanto dormía, hoy le han quitado la posibilidad de tener camada.
Quizá a mi me la esté quitando algo que no entiendo, o quizá, ni a Aisea ni a mi,  nos tendrían que haber quitado nada. O quizá, hace tiempo que nos lo arrebataron todo y por eso este silencio que hoy me ensordece.




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