Un día muy largo

Es tan complicado y tan sencillo a la vez
como tú y yo, raros, tan cercanos y ajenos a la vez, que damos tanto miedo, que somos capaces de hacernos ovillo y abrir nuestras alas, aviones hacia el final de todo sin control de velocidad ni marcapasos, directos a las estrellas fugaces para iluminar con un candil desquebrajado, lo más puro de nuestra verdad, mientras otra vez la luna, se rie de nuestra necedad e inocencia.
Y es que estamos muy ciegos...

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