Te lo clavas

Escribir es encontrarse entre el hambre y el hartazgo de comer
igual que el lecho que ama y odia en el intervalo de un beso y una palabra
Sin un próximo certero que nos de la seguridad de la eternidad
escribiendo en nuestras pieles lo que cualquier mañana de levante y luna llena ha marcado a cicatriz una noche de mosquitos
palabras que no quisiste que nacieran, transpiraron tu piel y manchan para siempre el papel con la sangre de tus picaduras
Intentas congraciarte con moscas y moscardones en este acto de comunión de polos magnéticos y opuestos y vuelves a las noches y los días, a las tardes de calor donde no pasaba nada y se estaba cociendo todo a fuego lento
Pasas una y otra vez por veranos y noches en vela, por puertas cerradas de golpe y calima después de borrachera y en un momento cuántico, lo conviertes en símbolo. Lo haces universal. Lo clavas. Te lo clavas.

Y ahora...
Atenta al viento que llega el verano.

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