Poco a poco...
Me levanto con las ojeras de la que no sabe como alcanzar las estrelllas.
Un niño en
bolas y con Katiuskas me tiende su mano, su boquita dice ven, ven, pero
estoy cansada y egoista.
Debajo del
azul del cielo infinito, el horizonte de una familia insaciable que
me ampara bajo su manto
La estrella
fugaz brillando en los ojos de mis hermanas y sus risas y sus juegos,
palpitando en Venus.
Tumbada a
la luz de una luna con espíritu huidizo, mujeres de batas de guatiné
y mamas fecundas, me cuentan historias de amas de casa,
marginados emocionales y promesas de muerte.
En el universo
de este oasis de setecientas plantas, veinte árboles y tres pozos,
mi obsesión tan característica se amedranta ante mi sed de vida y
conocimiento. Y me hago fuerte. Como el olmo blanco que ahora me cobija
del fuego del astro rey.
Aunque siempre,
en lucha conmigo misma (egoismo y cansancio).
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