El Saharagüi y la oliva.

Un tumulto de voces tan compactos como el cielo.
Pitidos, ruedas sobre asfalto, farolas a medio encender, ojos tan grandes como sonrisas tan sabias...
Se me caen las bragas.
-No te cogeré el número, el destino nos cruzará en la arteria más negra de Bilbo. Se me gastó el corazón de tanto usarlo, suerte.-
-Suerte preciosa-

Una suerte preciosa. Tus ojos. En la arteria más negra de Bilbo.

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