La guinda del pastel

La salvia se desliza por la punta de tu poder creativo y la recojo con la yema de mis dedos; sanar y recuperar es cosa de confianza
Tan claro como la sombra cortante de un agosto andaluz
Perfectamente; sólo traspasar lo impensable sin pensar
Agua que corre tranquila, se agita con el roce valiente
La fluidez es cosa de conocer la incertidumbre
El miedo tan parte como la guinda dulce del pastel
Te he guardado un mechón de cabello de ángel en tu cartera
Frágil, mis migas en la comisuras de tus labios
Todo le viene a la saliva y al acertado cerrar y abrir de la boca cuando decides que sea tuya a costa de la guinda dulce del pastel
Y entonces...Ya eres mio

¿Hasta dónde serás capaz de sanar?

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