Ínfima posibilidad

Aburrirse de una misma.
Aburrirse de los demás
y drograrse, un poquito más.
Otro chupito, a ver si en el fondo del vaso se queda el lodazal de mi obsesión.
Te he amado de raíz hasta secarme por dentro y ni el rocío de cada amanecer,  ha sido capaz de mojarme las hojas.
Sólo lágrimas, que por saladas, secan lo poco que podría florecer.
Aun así, me coloco el geranio en la cabeza y toco las castañuelas a ver si suena la flauta y florece el jardín de mi Eden.

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