La vida es demasiado puta para darse por vencida

Cerramos las ventanas a cal y bronca y hoy no hay tanque que las derribe.
Eclosiones de sentimientos y es que la impaciencia no pudo dar pie a la templanza; las jarras se rompieron y las emociones están desperdigadas por el suelo.
El barro pudo más que la marea, pusimos demasiada tierra y piedras de por medio y hoy vivimos en un lodazal.
Lo dicho dejó ese poso de mesas con las patas bocarriba y estanterías inclinadas. El Cristo ya no cuelga de la pared y el rosario de flores secas fue robado sin miramiento.
En el colegio ya no quedan niños, decidieron marchar con Luci más allá de nuestra ilusión, tampoco el viento se quedó, si la rabia, la frialdad, el desorden, la desidía y la indiferencia, que hoy, muy amablemente, esperan en la que nunca fue nuestra cama, a que decida mandarlo todo al carajo y descansar en paz
Sin embargo... los acordes de una guitarra interpretando a BOb Marley llegan desde la habitación contigua; la vida es demasiado puta para darse por vencida.

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