Y volaré...

Y aunque a veces me cueste trabajo respirar y olvide quién soy,
encuentro en cada abrazo el latido de mi suspiro.
Y no habrá compromiso que me arraqnque las alas,
Ni palabra que me detenga,
ni océano en el que no me meta
Y nadaré contracorriente, y me llamarán demente, pero caminaré por las aguas suavemente, tiernamente, como la niña a la que todavía no le han mutilado la mente.

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