A las chicas de oro

 

Estar dónde tienes que estar aunque a tu alrededor nadie entienda nada.

Ser presente, estar presente y no dejarse avasallar más que por lo que sucede

La dignidad de los dioses en tu pose verdadera y clara

Bendita sea vuestra experiencia, vuestra comprensión elementalmente sencilla y práctica, vuestra torpeza madura.

El tesoro perdido de esta sociedad lo lleváis en vuestro canalillo. Vuestros pechos caídos no están secos ni gastados sino que son diferentes y puros; la fotografía sepia de un pasado maternal.

En las manos acogeis el legado familiar jugando a ser niñas-ancianas, riendo de todo, soltando verdades tan verosímiles que nadie se las cree, agitando las alianzas doradas y viendo como todo corre demasiado. Pero vosotras seguís mirando al frente, conscientes que el camino está llegando a su fin, que el ahora es ahora y el pasado importa igual que el futuro. Sois vosotras las sabias sentadas que por fin encontraron el cáliz de la existencia esencial, vosotras conocéis el límite, intuís el fin, estáis en vuestro presente y eso os hace grandes y profundas.

Comentarios

Entradas populares