El día

 

El día que decida contar mis penas, el telecupón no tendrá las bolas necesarias para sortear mi dolor.

El día que decida ver la luz del final de pasillo, habré gastado todas las balas que algún ingrato me regaló cuando nací.

El día que decida caminar sin zapatos, no habrá escalones que no aguarden mi pisar solemne.

El día que decida sucumbir en el desierto, me beberé los rastros de sentimiento que los amantes descontrolados no supieron tragar.

El día que decida contar las noches sin luna, los lobos se darán por fin su más que merecido banquete.

El día que exponga mi cuello y mis hombros y mi espalda a las cargas del abandono, me romperé el esqueleto y daré mis huesos a los perros y perras sin dueño ni dueña

El día que decida hablar sin esposas, se habrá agotado todo el amor incondicional que emanaba esta falsa humanidad.

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