Esclava de las 13 lunas
Soy una de las esclavas de las trece lunas.
Plateo mi horizonte,
brillo siniestra, e
engaño al transeúnte con dulces sombras.
Tengo mis muñecas bañadas en sal y un cráter como pecho.
En mi perfil derecho, luzco una cicatriz con forma de estrella.
Me gusta el aullido de los lobos.
El sexo de las doncellas.
Bailo al ritmo de las palpitaciones de los corazones rotos.
Ilumino la ventura de los desventurados.
Visto un traje de encajes, guantes de seda y tacones de punta.
El paso del tiempo engorda mi madurez. Reviento cada veintiocho días inundado todo de sangre.
Olvidé los soles a los que ame. Las estrellas que me acompañaron y los meteoritos que eclosionaron debajo de mi falda.
Reconozco no reconocer más que la noche. Vivo en la oscuridad esperando el calor de sol. Sirvo al universo ofreciendo mi alma a la ceguera.
Mis lágrimas forman los mares de impotencia en vasos vacíos
Y en mi pose, la luz de una oscura noche sin luna
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