La conversión del amor
Pasa el tiempo y la vida sin tregua ni milla
la locura y el odio con guerra y desidia
el dolor y el llanto con torpe disfonía
mis palabras y mis gestos, con burla y sabiduría
Pasa el sueño sin dueño
el color sin olor
el sentido sin corazón
Pasa el día pero no la melancolía
la alegría pero no mi triste sinfonía
Pasa la noche con todo su reproche y yo me hundo en un mundo de entera agonía
Todavía no consigo olvidar tu maltratada melodía que cansadamente, se adentra en mi mente para volverme una completa demente.
Afuera, el cielo llora su perdida más querida,
atrás quedaron las mil maravillas,
aquellas risas de chiquilla,
la faldita de mi inocencia corrompida.
Adelante, el gris de perder el bis a bis,
el rojo de una pasión con emoción,
el negro latir del duelo,
esta canción que sufro y recito en la confusión
Y las flores se convirtieron en cardos, y los cardos en cerdos y los cerdos, en ilusión.
Y las lágrimas en sirenas, y las sirenas en diosas y las diosas en osas y perdimos primo, todo nuestro amor.
Y ahora desde la fealdad de la necesidad
me fustigo sin cesar,
te repito sin pensar,
me obsesiono con un nuevo pasar
y deseo con mi alma desquiciá
terminar para descansar en paz.
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