Hacía sol

El sol cayó arrastrado por la pequeña llama de una vela de los chinos.
Con él se fue el gato de la esperanza que levanta el puño; el rojo de las banderas, las estrellas negras de cinco picos y mi rebeldia.
La imaginación ya ni me traiciona.
Lejos de perlas brillantes, al lado de compases cojos, me miro y me destruyo.
No hay teoría en la que no sobresalga la excepción, ni vocablo ingente que no me aburra.
Es la posmodernidad de leds.
Todos son puntos a mi alrededor con una resolución tan difusa como el conocimiento del más allá, si es que lo hay.
Muchxs se aferran a la organización y planificación, a las drogas, el juego y la lujuria. Lo he probado todo.
A veces sigo el rastro de las aguas confundiendo su brillo con tu lunar.
Pero el sol no resplandece en mi desembocadura.
Viajo en los adoquines y el asfalto
Le pregunto a las ratas dónde está mi razón
Husmeo con los perros los muelles de yonquis
A los negros les pido luz
y a los moros algo especial que endulcce mi cabeza.
Me siento con los homi encima de las cajas, en el suelo, a ras del escalón, buscando esa realidad que se escapa sin oportunidad de retorno.
Y sólo veo misería
Y sólo psicodelia
Estoy cansada.
¿Cuánto queda para el otoño?





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