Primavera

La primavera, con sus ganas de rebentar.
El cielo está pomposo,
la ría crece y decrece y arrastra a lxs que no tienen dónde dormir.
La ciudad huele a miseria
Los cerezos japoneses mudan el trabje blanco por el salmón y las hojas verdes recién nacidas, todavía puras y limpias, sin ninguna polvareda que atasque sus poros, empiezan a poblar los paseos.
Tres, cuatro, cinco, seis, caras empapadas en frío y lágrimas.
Los sueños rotos de los más pobres.
La violencia sutil escondida en leyes inintelegibles.
La superioridad y el paternalismo, los patos que mueven la colita.
El mercado vende todo tipo de espacies a cambio de una pequeña propina manchada de humillación.
Pero la primavera siempre rebienta. 

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